ALTAVISTA A TRAVÉS DE UN HIJO PREDILECTO

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bio

Marcial de León García, nacido en Altavista. En 2018, fue nombrado Hijo Predilecto de Altavista en reconocimiento a su dedicación y compromiso con su barrio. 

Desde joven, Marcial demostró su talento en el deporte, comenzando su carrera en el fútbol como jugador del Altavista Club de Fútbol y más tarde, en el balonmano con el Club Torrelavega, donde cosecharon numerosos éxitos y reconocimientos.

Además de su pasión por el deporte, Marcial también destacó en el ámbito musical. Con tan solo doce años junto a unos amigos, fundaron la Rondalla de Altavista, recorriendo verbenas y romerías para ganar dinero y adquirir instrumentos musicales. Esta experiencia evolucionó más tarde para convertirse en el grupo Chimisay.

Con 20 años, Marcial se unió al afamado grupo musical Los Campesinos, con quienes realizó actuaciones tanto a nivel insular, regional como internacional, grabando discos y participando en espectáculos de renombre. Posteriormente, decidió incorporarse al grupo Coros y Danzas Arrecife, continuando así su trayectoria artística y su contribución a la cultura local.

Marcial de León García es un ejemplo de dedicación y compromiso con su comunidad que trasciende más allá de Altavista.

PROCESO

 Redes de amistades nos llevaron hasta Marcial y tan pronto como se le hizo la propuesta y le explicamos el plan, nos ofreció su ayuda y conocimiento.  Nos guio por cada espacio elegido de Altavista,  los que tenía en su memoria y nos los dibujó con la misma frescura con la que seguro vivió entonces.  Nos trajo su pregón, el que dio en 2018,  y alguna foto de su infancia que completaron ese puzzle de recuerdos.

EXPERIENCIA

Nos fuimos de paseo con Marcial por su barrio, pues eso fue… un paseo,  nada tranquilo, por cierto. Estuvo en todo momento impregnado por la prisa que da el entusiasmo por querer mostrarlo todo antes de que se fuera la luz de la tarde y nos contagió.

Los orígenes de Altavista, como de otros barrios de Arrecife  se pobló mayoritariamente por gente que llegó de diferentes partes de la isla para trabajar principalmente en las conserveras.

Los cambios sufridos por el barrio son el denominador común de este recorrido.

Fueron la iglesia y la sociedad (centro sociocultural) de los primeros sitios a los que nos llevó.  Algo en común que encontramos es que, al igual que en otros barrios de Arrecife, gracias a la colaboración y esfuerzo compartido por el vecindario  se pudieron levantar estos dos edificios. Ambos fueron el centro de reunión de las gentes de Altavista.  

Las navidades en la iglesia se celebraban con un belén viviente en el que participaban niñas y niños del barrio y el resto del vecindario colaboraba llevando sus animales para recrearlo.  

Con el tiempo, el centro sociocultural alojó al Teatro Estudio Arrecife con Salvador Leal al frente, impulsando la cultura, la participación ciudadana desde el barrio.

Pasamos por el antiguo cine Toledo, al que llegaban las películas que ya se habían visto en otros cines del centro de Arrecife y que mantenía su particular acústica con cartones de huevos en las paredes. Seguimos “mapeando” los emplazamientos de las tiendas de barrio, presentes en casi todas las calles y que eran el centro de la actividad comercial de Altavista,  pasando por la escuela unitaria, instalada por aquel entonces en un modesto almacén de la casa familiar de Marcial.  

Nos llevó por los terrenos donde de niños jugaban al fútbol y recordó cómo al paso de los coches se interrumpía el partido.  Por suerte, apenas había tráfico por aquel entonces.  Podríamos seguir más y más porque Marcial tiene mil historias que contar y compartir.  Buena muestra de ello es el texto del pregón al que dio lectura en las fiestas de 2018 en las que recoge muchas de ellas.

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